Desde que tengo memoria, todos los años he asistido a la Feria Internacional del Libro de Bogotá en calidad de visitante. Este año, sin embargo, la experiencia al visitar este evento fue diferente porque fui como empresario, y no solamente como espectador.
Lo anteriormente mencionado se debe a que en febrero de este año decidí cumplir el sueño de tener mi propia librería, lo cual me ha dado una felicidad que no sentía desde hace mucho tiempo. Ir con la misión de establecer contactos y que las personas conozcan mi negocio era el objetivo principal, y considero que cumplí con la misión propuesta.
Haber participado en el encuentro internacional de libreros me permitió conocer a personajes reconocidos en el mundo literario como el escritor español Jorge Carrión. Escuchar a otros fundadores de librerías permitió que adquiriera mayor conocimiento e información sobre la manera en la que estos espacios culturales funcionan.
Como no podía dejar de estar en la programación de la Filbo, estuve en el conversatorio de Irene Vallejo. La charla giró en torno a El Infinito en un junco, un libro maravilloso que aborda la historia del libro desde la antigüedad.
Tener la oportunidad de escuchar a Jorge Carrión e Irene Vallejo, que me firmaran sus libros y tomarme una foto con ellos fue una experiencia increíble. Pienso en esos momentos y mi alma de lector apasionado no cabe en sí de la felicidad al recordarlos.
Para concluir, solamente queda decir que la nueva experiencia en la Filbo me llena de orgullo y felicidad porque estoy en el mundo al que pertenezco.